Thursday, November 24, 2016

CARACTERIZACIÓN DEL CONSUMO FINAL DE AGUA EN TARIJA - Tercera Parte

Elaborado por el Centro de Promoción de Tecnologías Sostenibles (CPTS)

  

USOS ESPECÍFICOS DEL AGUA EN UN BARRIO DE TARIJA


1.    Antecedentes


A continuación se presenta la tercera parte del estudio de “caracterización del consumo final de agua en Tarija” (Ver 1ra y 2da parte en este mismo blog), con los resultados de una encuesta sobre los usos específicos del consumo final de agua en un barrio de la ciudad de Tarija (La Catedral). Previamente, y a manera de contexto, haremos referencia a una historia algo lejana en el tiempo y el espacio: la llegada de cañerías a fines del siglo XIX al interior de las viviendas en Estados Unidos.[1] Esta historia nos parece ilustrativa de lo que ha ocurrido a lo largo del tiempo en todas las sociedades que transitan desde un aprovisionamiento limitado y un uso conservador del agua hacia la provisión generalizada de servicios de agua y saneamiento básico.


1.1. Una historia del cambio cultural en uso doméstico del agua


La desaparición de la conservación en uso doméstico del agua

Las cañerías al interior de las casas en ciudades y poblados de Estados Unidos a fines del siglo XIX tuvieron un efecto sobre la provisión de agua similar al que tuvieron las conexiones de gas y electricidad sobre la preparación de alimentos y la iluminación: reemplazaron las faenas privadas por servicios públicos. También en este campo, el consumo reemplazó a las labores domésticas, entre ellas, el cuidado en no desperdiciar la limitada provisión de agua disponible. En efecto, una de las cosas valiosas que se perdieron a consecuencia de la introducción de la plomería interior fue el cuidadoso hábito de conservar el agua y darle varios usos sucesivos.

Quien obtiene su agua mediante un esfuerzo laborioso será muy propenso a escatimar en qué medida la usa. No así quien recibe el agua de un grifo al interior de su vivienda. El agua empieza a percibirse como un flujo, un “rendimiento”, antes que como una cantidad sujeta a normas de conservación. Como resultado, las estadísticas muestran que el consumo de agua en los hogares recién conectados a la red de distribución de agua crece rápidamente hasta en un orden de magnitud. La conservación del agua empieza inevitablemente a disminuir apenas el agua corriente se vuelve disponible en cantidades ilimitadas. Por lo mismo, lo urgente en las circunstancias actuales es investigar los principios y tecnologías adecuadas que permitan el florecimiento de una nueva cultura moderna de conservación del agua.

La llegada de cañerías al interior de las viviendas (EEUU)

Las cañerías dentro de las viviendas sustituían aquellas tareas básicas que agobiaban la actividad doméstica: cargar agua limpia hasta la vivienda, y sacar el agua sucia y los residuos líquidos fuera de ella. Al igual que con el gas y la electricidad, los servicios públicos vinieron a reemplazar a la labor privada. Los pudientes obtuvieron el servicio antes que los pobres, el citadino antes que el campesino, pero al final el consumo doméstico reemplazó la labor productiva en todas partes.

Con todo, las mujeres pobres continuaban acarreándola de piletas en las calles, tal como lo habían hecho durante siglos desde arroyos y vertientes. A pesar de la “revolución del saneamiento” del siglo XIX, ellas siguieron haciéndolo así hasta bien entrado el siglo XX.

Antes de la instalación de cañerías al interior de las viviendas, la mayoría de mujeres acarreaban toda el agua necesaria para cocinar, lavar los platos, bañarse, lavar la ropa y asear la vivienda. Después de utilizarla, la volvían a echar fuera de la casa, aunque sin recorrer la misma distancia necesaria para traerla desde el pozo, riachuelo, arroyo, o desde el lugar del bombeo o pileta de agua. La conservación del agua era la prioridad de la época: Catherine Beecher, una reformista de la “época progresista”, aconsejaba a las mujeres a reusar el conjunto de aguas una y otra vez.

Esta prioridad de conservación del agua fue víctima de la instalación de cañerías al interior de las viviendas; empezó a declinar tan pronto como el agua corriente se hizo disponible en grandes cantidades […] No únicamente creció el consumo en términos absolutos, sino que los hábitos empezaron a cambiar, permitiendo que se desperdicie mucho más:

Las mujeres sin grifos en sus casas reutilizaban el agua de lavar platos. En cambio, el agua dentro la casa les permitió lavar más platos al mismo tiempo, llenar los lavaplatos con más agua, añadir más agua caliente a medida que el agua de lavado se enfriaba, e incluso dejar que el agua se escurriera por el drenaje sin usarse. A medida en que las mujeres aprendieron a consumir más agua, también empezaron a desperdiciarla.

Bañarse regularmente dentro de casa se hizo posible. En el mejor de los casos un lujo de sábados por la noche de familias pudientes –con agua de baño reciclada para los miembros de la familia— a lo largo del siglo XIX, los baños de inmersión se hicieron posibles, con agua corriente en cantidades suficientes para llenar bañeras para adultos, sin tener que romperse las espaldas.

La ciudad de Filadelfia fue pionera en la construcción de sistemas de provisión de agua en Estados Unidos y el mundo. La idea de traer agua entubada al interior de cada hogar fue planteada por reformadores sociales después de que una epidemia de fiebre amarilla de grandes proporciones se desatara a lo largo de la década de 1790.
  
Benjamin Latrobe, quien se convertiría en el diseñador de los sistemas de provisión de agua en Filadelfia y posteriormente en varias otras ciudades, es considerado a menudo el primer arquitecto profesional en los Estados Unidos […]. Latrobe, para cuyas obras no existían precedentes o modelos, inventó un concepto para una nueva sociedad industrial urbana. El sustento de este concepto consistía en sustraer agua del Rio Schuylkill mediante una bomba de vapor y llevarla a través de una canalización de madera hasta las viviendas de los abonados y las piletas de calle […]. La mayoría de los 54 mil residentes de la ciudad continuaban obteniendo el agua de pozos privados o tomándola de las piletas de calle del sistema sin tener que pagarla.

El primer sistema urbano de provisión moderna de agua fue acumulando así fuertes déficits financieros y Latrobe habría fracasado si no hubiese sido por el apoyo repentino de la elite burguesa urbana para la cual el proyecto sonaba a tono con sus prejuicios sobre la higiene. Ellos cubrieron al final el déficit de Latrobe e incluso financiaron obras mejoradas –con una represa en el río Schuylkill, bombas de agua, reservorios en las cumbres, un sistema alimentado por gravedad, capacidad adicional de crecimiento, y terrenos dispuestos para el primer gran parque urbano en Norteamérica— propiciando al final el éxito financiero y el uso más extendido del agua pública hacia 1837.

Un concepto nuevo de agua pública había sido así inventado. Se convirtió rápidamente en “…el sistema que haría posible la expansión de las ciudades industriales”.

Primero grandes ciudades como Nueva York, luego ciudades medianas y pequeñas, siguieron el ejemplo de Filadelfia. Para el tiempo de la Guerra Civil, 136 ciudades –probablemente todos los centros urbanos con población mayor a 10 mil residentes— tenían algún tipo de sistema público de agua. Los poblados en la planicie simplemente perforaban pozos cercanos a los ríos y contrataban vagones cisternas para llevar el agua por la ciudad, llenando turriles privados; en último caso, ellos excavaban reservorios en la punta del cerro o armaban tanques de abastecimiento en lugares altos para enviar el agua por gravedad a través de cañerías. Hacia fines del siglo XIX, otros 3060 poblados habían construido sistemas de agua.


Las aguas limpias entubadas generan aguas residuales sin entubar

Una característica estructural de esa época puede observarse actualmente todavía en muchos países –la construcción de una red de agua hasta los domicilios con anterioridad y de manera independiente a la construcción de un sistema de alcantarillado–. El reformador bostoniano Edward Atkinson ya se quejaba de aquel hábito. Él escribió: el progreso en la instalación de alcantarilla y drenaje “… no se ha mantenido al ritmo de esta abundante oferta de agua.

Si hubiese dicho más bien “nunca mantiene el ritmo de la provisión de agua”, él habría formulado una ley que aún se verifica hasta el día de hoy. El agua doméstica –debido a que induce al saneamiento del interior de los hogares— casi de modo inevitable genera aguas de desecho “descontroladas”. Pero las ciudades no son tan rápidas en dar grandes pasos en la evacuación por drenajes y alcantarillas como lo son en sus esfuerzos de provisión de agua. Por ejemplo, en 1855, más de medio siglo después que las obras de infraestructura de agua de Latrobe inauguraran la provisión de agua  pública, Chicago empezó a diseñar “el primer proyecto integral de alcantarillado del país”, pero no instaló la primera alcantarilla sino nueve años más tarde. En 1866, únicamente una octava parte de la ciudad tenía alcantarillas.

Por lo general administrado de manera separada de los sistemas de provisión de agua, la evacuación por alcantarilla quedó rezagada respecto a la provisión de agua a lo largo del siglo y en poblados de todo tamaño en Estados Unidos, hasta que los esfuerzos de los reformadores por la salud pública inauguraron una nueva época del saneamiento básico (… esta historia de una primera época del saneamiento básico continúa en la 4ta parte).


Volviendo al presente, a continuación se presenta la caracterización de los diversos usos específicos de los usuarios del servicio de agua potable en un barrio de Tarija (La Catedral), considerada para fines de este estudio como una “micro cuenca urbana”, con miras a una adecuada planificación de los servicios de suministro de agua a futuro pero, también, a la identificación de propuestas para una recuperación de los hábitos de conservación del agua que se han ido perdiendo con el avance del suministro de agua corriente aquí y en todas partes.


2.    Caracterización del consumo en barrio La Catedral

 

Con la finalidad de contar con mayores elementos y más específicos para el diseño de una política de producción más limpia para Tarija, se ha realizado un estudio de caracterización del consumo de agua potable entre los usuarios del barrio La Catedral. 

En un universo de 255 usuarios, que corresponden al número de familias que habitan el barrio La Catedral,  en el que no se ha identificado establecimientos comerciales e industriales y  donde la gran mayoría de usuarios pertenece a la categoría residencial (243 usuarios están clasificados en alguna de las dos categorías residenciales), el estudio de caracterización del consumo ha consistido en la aplicación de una encuesta a 63 hogares del barrio y la realización de más de 80 pruebas de medición de consumo. El estudio fue preparado para que sus resultados representen a los 152 usuarios que tienen sistema de medición y a los 86 que no lo tienen[2].

La encuesta fue aplicada con ayuda de una boleta especialmente diseñada para el efecto, que contó con el apoyo de un documento de caracterización del mercado de artefactos de uso final de agua.

2.1.    Resultados generales de la encuesta


Mucho de la información extraída de la encuesta aplicada a los 63 domicilios muestra que La Catedral es un barrio relativamente nuevo, consecuencia de la expansión acelerada que está experimentando Tarija, y donde predominan las construcciones de ladrillo y los techos de teja cerámica; materiales que reemplazaron los materiales tradicionales en la construcción. Siendo un barrio joven, la mayoría de las casas aún se encuentra en medio de un largo proceso de implementación y no han completado la "obra fina": sólo una sexta parte de la muestra ya cuenta con pisos de madera cuando el resto todavía mantiene el cemento como material de piso. Eso sí, casi la totalidad de los hogares tienen el servicio de agua potable al interior de sus viviendas y sólo una pequeña minoría debe acudir a una pileta pública para proveerse del líquido elemento.

Diversas dificultades, sin embargo, han impedido que el nivel de cobertura en el agua potable se replique en el sistema de alcantarillado, al cual sólo accede la mitad de los usuarios[3].

Las familias que viven en el barrio, representadas por la muestra, son más pequeñas que el promedio nacional (4.4 Hab/hogar) y, en general,  de extracción social medio a modesto. Menos de una tercera parte de los/as jefes/as de hogar tienen formación profesional, pequeño grupo en el que las mujeres no representan ni la quinta parte. La gran mayoría de jefas de hogar no tiene una formación profesional.

Una característica fundamental es que las familias son propietarias de su vivienda (94% de la muestra) y más de una tercera parte posee un vehículo para uso particular.

2.2.    Consumo de agua para aseo personal


Por su condición de barrio de reciente formación la práctica de aseo personal corresponde en su totalidad a soluciones familiares individuales y ya nadie acude a servicios públicos de aseo personal como ocurría en décadas pasadas. El equipamiento utilizado  en dichas soluciones está vigente en el mercado local y corresponde, mayoritariamente, a duchas eléctricas y regaderas con una fuente de energía separada. El baño tradicional, en una bañera, constituye una pequeña minoría de la solución individual del servicio.

La ausencia del sistema de alcantarillado –que afecta a una parte importante de la población del barrio–  no implica que las familias dejen de optar por el servicio de agua para el aseo personal al interior de sus viviendas. Sin embargo, esta ausencia parece ir a la par de la capacidad de las familias a la hora de poner en práctica sus soluciones de aseo, pues la totalidad de los usuarios que no tienen una ducha o un lavamanos de cerámica tampoco tienen acceso al alcantarillado.

La solución más popular en el barrio es la ducha eléctrica de 3 kW a 5 kW de potencia eléctrica, que ofrece el confort suficiente al mínimo precio para el aseo personal (ducha). Una menor cantidad de hogares ha optado por soluciones de mayor confort y más costosas como las duchas de 6 kW a 10 kW de potencia eléctrica o las regaderas que disponen de una fuente separada de energía (calefón).  En otras palabras, la población accede mayoritariamente a soluciones de menor precio y no repara en los rendimientos de consumo de agua de los equipos, quedándoles el tiempo de baño como la única variable que regula su consumo de agua. Una cosa similar ocurre en el caso del aseo menor (manos, rostro, boca) en el que el equipo más utilizado es el lavamanos de cerámica/cemento y que, por lo general, no dispone de un grifo eficiente.

El recuento del tiempo de baño por cada día de la semana y para cada habitante del hogar ha mostrado que el tiempo de baño varía en función del tipo de equipo que el usuario posee. Los usuarios que poseen una ducha de mayor potencia eléctrica utilizan el equipo por menor tiempo, situación que podría deberse al costo de la energía eléctrica, o a que el usuario adquiere más pronto las condiciones adecuadas para su baño. Es notorio, por otra parte, que los usuarios que poseen más bien una regadera, y calientan el agua con otra fuente de energía (calefón a gas o electricidad), demandan para su baño mucho más tiempo, probablemente porque así lo requiere el calentamiento del agua o porque el confort logrado representa un uso que va más allá del aseo (ver Cuadro 13).


Cuadro 13 Recuento del tiempo de aseo mayor, por tipo de equipo.
Recuento del tiempo de aseo por tipo de equipo
Promedio (min/hab-día)
Máximo (min/hab-día)
Mínimo (min/hab-día)
Aseo de cuerpo



Ducha eléctrica 3 a 5 kw
 12.0 
 16.2 
 2.6 
Ducha eléctrica 6 a 10 kw
 7.4 
 10.8 
 2.8 
Regadera con fuente de energía separada
 12.4 
 18.5 
 4.6 
Bañera, lavador
 12.2 
 13.9 
 9.3 
Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS


Por su parte, el recuento de eventos de aseo menor (lavado de manos, cara y boca) nos muestra que los resultados podrían estar afectados por eventos de aseo que ocurren fuera de la vivienda y por los eventos de aseo completo (baño con ducha o regadera); y que la posesión de un lavamanos con agua corriente favorece el número de eventos de aseo menor, a diferencia de los hogares que no lo tienen y que limitan entre sus miembros estos eventos de aseo menor básico (Ver cuadro 14).

Cuadro 14 Recuento del número de eventos en aseo menor, por tipo de equipo.


Consumo de agua en aseo menor por tipo de equipo
Unidad
Cantidad de eventos*
Aseo menor en lavamanos de cerámica

Lavado de manos
veces/hab-día
 0.7
Lavado de cara
veces/hab-día
 0.3
Lavado de boca
veces/hab-día
 0.4
Aseo menor en lavador plástico

Lavado de manos
veces/hab-día
 0.6
Lavado de cara
veces/hab-día
 0.2
Lavado de boca
veces/hab-día
 0.4


Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS
*Las "fracciones de evento" (!!) son promedios que resultan de la agregación de las
respuestas de las familias encuestadas y la obtención del perfil de uso y consumo
de una familia tipo.

La aplicación de consumos específicos al resultado del recuento de eventos y tiempos de aseo personal permite calcular el consumo total de agua para la muestra estudiada.

Cuadro 15 Consumo de agua en aseo personal, por tipo de equipo.

Consumo de agua de aseo por tipo de equipo
Promedio (L/hab-día)
Máximo (L/hab-día)
Mínimo (L/hab-día)
Aseo de cuerpo



Ducha eléctrica 3 a 5 kw
39.5
53.4
8.7
Ducha eléctrica 6 a 10 kw
30.6
44.6
11.5
Regadera c/ fuente energía separada
78.7
118.1
29.5
Bañera, lavador
24.5
27.9
18.6

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

En el cuadro 15, se puede observar que los consumos de agua, en el caso de duchas eléctricas, parecieran estar limitados por la potencia térmica del equipo. Hipotéticamente, el consumo de agua podría estar limitado/regulado por el costo de la energía eléctrica, por el alcance rápido de un estado de confort, o por ambas cosas. Por otra parte,  la población que utiliza una regadera poco eficiente y cuya fuente de calentamiento está separada (calefón), registra consumos que duplican el consumo con duchas eléctricas. Este hallazgo tiene relevancia porque plantea la necesidad de mejorar las recomendaciones de eficiencia energética relativas a la sustitución de electricidad (con otras fuentes energéticas) para el calentamiento de agua para aseo personal, y sugiere que éstas serán eficaces ambientalmente siempre y cuando dicha sustitución esté acompañada del uso de regaderas más eficientes. 

En el caso del consumo de agua para aseo personal menor (lavado de cara, manos y boca), cuyos resultados de encuesta se muestran en el cuadro 16, encontramos que a pesar de que el volumen utilizado por vez es mayor en el caso de los usuarios que no disponen lavamanos con agua corriente, su consumo se ve limitado por el número de eventos de aseo que, como habíamos visto, está limitado por la ausencia del servicio de agua corriente; en cualquiera de los casos, el consumo de los usuarios que no disponen del servicio es menor, particularmente en el lavado de boca.

Cuadro 16 Consumo de agua en aseo menor, por tipo de equipo.
Consumo de agua en aseo menor por tipo de equipo
Unidad
Cantidad de eventos
Volumen (L/vez)
Consumo (L/hab-día)
Aseo menor en lavamanos de  cerámica




Lavado de manos
veces/hab-día
 0.7 
 2.4 
 1.8 
Lavado de cara
veces/hab-día
 0.3 
 3.8 
 1.2 
Lavado de boca
veces/hab-día
 0.4 
 1.7 
 0.7 
Aseo menor en lavador de plástico




Lavado de manos
veces/hab-día
 0.6 
 2.8 
 1.7 
Lavado de cara
veces/hab-día
 0.2 
 4.5 
 1.1 
Lavado de boca
veces/hab-día
 0.4 
 0.2 
 0.08 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Finalmente, es necesario mencionar que el consumo de agua en usos menores se encuentra alrededor del 5% del volumen consumido en el aseo de cuerpo o baño. Este resultado es útil en orden a priorizar medidas de eficiencia en el uso de agua.

2.3.    Descarga de inodoros


Uno de los principales usos del agua, no sólo en volumen, es la descarga de inodoros para la evacuación de heces y fluidos corporales del interior del hogar. Tratándose de una urbanización joven, los usuarios de barrio Catedral  han incorporado mayoritariamente el uso del inodoro. Incluso la ausencia de alcantarillado en una porción importante de la población no ha impedido que los vecinos recurran a sistemas alternativos como el pozo ciego y la cámara séptica para tratar e insumir el agua descargada por los inodoros. Sólo una pequeña parte de la población (13%) - que está asentada en su totalidad en las zonas El Carmen y Santa Rosa - no tiene un inodoro instalado y recurre al uso de una letrina.

El artefacto más popular en el barrio, el inodoro de tanque bajo de 6L a 9L por descarga, es también muy popular en el mercado local. De hecho, los inodoros de mayor descarga (12 L a 15 L) son menos frecuentes que las letrinas. Aunque el estudio no lo ha detectado con claridad, se puede presumir que el mayor costo de inversión es una barrera que impide la compra de un inodoro eficiente de dos botones, sea para una instalación nueva o para reemplazar un antiguo sistema. El hecho concreto es que ninguno de los entrevistados utiliza un artefacto eficiente.

Una característica que refleja la condición socioeconómica de los hogares del barrio La Catedral es que mayoritariamente (82%) disponen de un solo inodoro por vivienda y es interesante verificar que casi la totalidad de usuarios que poseen un medidor de agua utilizan el más popular de los inodoros (6L a 9L).

Dado que el consumo de agua depende del número de descargas y el volumen real del tanque del inodoro, el estudio ha logrado un recuento de descargas por familia, por cada día de la semana y para todas las personas que habitan la vivienda. El resultado es el siguiente:

-       el promedio de descargas diarias por habitante es de 3.7 descarga/hab-día.
-       el máximo número de descargas se acerca a 9 descarga/hab-día
-       el mínimo número de descargas es de 1.9 descarga/hab-día.

Debe hacerse notar que la realización de rutinas de consumo identificó que la mayoría de los usuarios ha calibrado el flotador del tanque de inodoro para que el volumen por descarga sea menor al nominal. Esta constatación da cuenta de una de las medidas que la población ha estado tomando para reducir su consumo.

El cuadro siguiente muestra los resultados del consumo de agua para el universo de usuarios por tipo de artefacto:

Cuadro 17 Consumo de agua en descarga de inodoros, por tipo de equipo.
Consumo real  de agua
Unidad
Todos los equipos
Tb 6 - 9 L
Tb 12 - 15 L
Consumo diario promedio
L/hab-día
 21.7 
 19.6 
 43.0 
Consumo máximo diario
L/hab-día
 76.7 
 47.0 
 76.7 
Consumo mínimo diario
L/hab-día
 10.6 
 10.6 
 19.2 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Dado que el consumo está íntimamente ligado al volumen del tanque del inodoro, se verifica que, en promedio, los usuarios que utilizan inodoros de 12 L a 15 L por descarga utilizan más del doble que aquellos usuarios que utilizan inodoros de 6L a 9L por descarga.  Encontramos, también, que un usuario de máximo consumo, con la tecnología menos eficiente, consume siete veces más que el consumo mínimo de un usuario que utiliza el inodoro más eficiente, hallazgo fundamental en el diseño de políticas públicas tendentes a reducir la demanda regional de agua. 

Finalmente, otro hallazgo importante es que el consumo de los usuarios que no poseen un medidor tiende, más bien, a ser menor al consumo de los usuarios que sí tienen un medidor, este hallazgo demuestra que el tipo de tecnología es más determinante en el consumo que la falta de medición del mismo. El cuadro 18 refleja esta situación. 

Cuadro 18 Consumo de agua en descarga de inodoros, sistema no medido, por tipo de equipo.
Consumo real  de agua sistema no medido
Unidad
Todos los equipos
Tb 6 - 9 L
Tb 12 - 15 L
Consumo diario promedio
L/hab-día
 20.6 
 18.7 
 32.5 
Consumo máximo diario
L/hab-día
 46.7 
 32.9 
 46.7 
Consumo mínimo diario
L/hab-día
 10.6 
 10.6 
 19.2 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

No se ha podido establecer la cantidad útil de agua para cumplir el objetivo de eliminar cada tipo de evacuación corporal. Sin embargo, la investigación de rutinas de consumo ha permitido un recuento del número de descargas de inodoro por tipo de evacuación. En este análisis se encuentra que el número de descargas es independiente del tipo de artefacto y está concentrado en la eliminación de orines y fluidos bucales (61%) y en menor medida en la eliminación de heces (34%) y la limpieza del mismo artefacto. (Ver cuadro 19)

Cuadro 19 Consumo de agua en descarga de inodoros, por tipo de evacuación.
Consumo real  de agua
Unidad
Todos los equipos
Tb 6 - 9 L
Tb 12 - 15 L
Consumo diario promedio
L/hab-día
 21.7 
 19.6 
 43.0 
Evacuación de orines y saliva
L/hab-día
 13.1 
 11.8 
 25.9 
Evacuación de heces
L/hab-día
 7.4 
 6.7 
 14.7 
Limpieza del artefacto
L/hab-día
 1.2 
 1.1 
 2.4 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Desde la óptica de la producción más limpia la selección de la tecnología es de vital importancia en un contexto en que la producción de agua es, y será, cada vez más complicada. El cuadro precedente nos muestra, por ejemplo, que utilizar 12 L de agua para evacuar 300 mL de fluidos supone consumir un volumen de agua, por descarga, equivalente a 40 veces el volumen del fluido evacuado.

2.4.    Lavado de ropa


Los vecinos del barrio La Catedral no contratan servicios externos para el lavado de su ropa y realizan la tarea al interior de sus hogares utilizando el agua proveniente del servicio de COSSAALT. El método más común es lavar la ropa manualmente en una lavandería de cemento cuando ésta tiene una instalación de agua corriente, o en bateas y bañeras de plástico cuando no se cuenta con la lavandería. También señalar que un poco más de un tercio de la población utiliza una lavadora eléctrica.

Las lavadoras eléctricas más comunes (57% de los usuarios que poseen una) son las que tienen una capacidad menor a 5 kg de ropa por vez. A su vez, se observó que casi todos los hogares que tienen una lavadora tienen acceso al sistema de alcantarillado. En cualquier caso, el cambio en el patrón de consumo más frecuente es el paso de la lavandería de cemento hacia la lavadora eléctrica, con un intermedio, de utilización de ambos equipos. 

A diferencia de otras ciudades del país sólo una minoría (3%) de los hogares manifiesta lavar en su vivienda ropa para terceras personas. 

Aunque el estudio no ha logrado establecer un criterio que permita estimar el consumo útil para el lavado de ropa, por lo cual no se ha podido establecer un indicador de eficiencia, sí ha logrado establecer, en términos de consumo específico por método de lavado, una relación entre el consumo de agua y la cantidad de ropa lavada.

Cuadro 20 Consumo específico de agua por método de lavado.
Método de lavado
Consumo de agua (L/kg)
Lavandería + bañador
 7.6 
Lavandería de cemento
 11.9 
Lavadora + lavandería
 16.0 
Lavadora
 20.0 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

En el caso de la lavadora eléctrica, el estudio no ha encontrado diferencias en el consumo específico de lavadoras de distinta capacidad, es decir, si bien las lavadoras pequeñas consumen una cantidad menor de agua, su limitada capacidad hace que el indicador final de consumo específico de agua se aproxime al de una de mayor capacidad.

El recuento de prendas de vestir lavadas cada día de la semana y para cada habitante de la vivienda, da cuenta de una  demanda media de lavado de 0.30 kg/hab-día y de la relación de ésta con el método de lavado. El cuadro a continuación muestra el resultado de nuestra investigación.

Cuadro 21 Cantidad de lavado de ropa por método de lavado.
Cantidad de ropa lavada s/ equipo
Cantidad Kg/semana
No. de Personas
Lavado kg/hab-dia
Bateas y lavadores
 55 
 35 
 0.22 
Lavandería de cemento
 250 
 145 
 0.25 
Lavadora eléctrica + lavandería
 36 
 15 
 0.34 
Lavadora eléctrica
 246 
 84 
 0.42 
Todos los métodos
 587 
 279 
 0.30 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

La combinación de las demandas medias de lavado con los consumos específicos por método de lavado da como resultado un consumo medio de 4.55 L/hab-día. (Ver cuadro 22)

Cuadro 22 Consumo de agua por  método de lavado.
Cantidad de ropa lavada s/ equipo
Lavado kg/hab-dia
Consumo de agua (L/kg)
Consumo diario (L/hab-día)
Bateas y lavadores
 0.22 
 7.6 
 1.7 
Lavandería de cemento
 0.25 
 11.9 
 2.9 
Lavadora eléctrica + lavandería
 0.34 
 16.0 
 5.5 
Lavadora eléctrica
 0.42 
 20.0 
 8.4 
Todos los métodos
 0.30 
 15.1 
 4.5 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

El análisis de los resultados, con énfasis en las lavadoras eléctricas, nos permite afirmar que el uso de agua para lavar ropa refleja el resultado del cambio en los patrones de consumo asociado al crecimiento económico y la movilidad social. El estudio muestra que el consumo de agua, cuando un usuario pasa del lavado en lavandería a lavadora eléctrica - que es el cambio más común - casi se triplica. Se confirma, en este contexto, que el cambio en los modos de consumo viene asociado a un incremento de la demanda de agua y a una pérdida de eficiencia en su uso, independientemente de la eficiencia económica que hayan alcanzado los hogares con el cambio. Se podría anticipar entonces que, desde el lavado de ropa, no será sencillo proponer medidas de producción más limpia que no estén asociadas al re-uso de agua de lavado.

2.5.    Preparación y consumo de alimentos


El estudio ha abordado la utilización de agua en la preparación y consumo de alimentos con un alto grado de detalle por su relación con las definiciones sobre el derecho de acceso al servicio.  En este sentido, la encuesta de hogares ha hecho un recuento minucioso de la preparación y consumo de alimentos en los hogares y un intento de aproximación, lo más precisa posible, a los volúmenes de agua utilizados para cada una de las porciones involucradas.

Los hogares de barrio Catedral aún mantienen la tradición de tener cuatro meriendas por día, es decir, el desayuno, el almuerzo, la merienda vespertina (té) y la cena; más una ingesta previa al descanso nocturno.  

Como se anticipaba, muchas de las tradiciones alrededor de la comida permanecen vigentes, aunque se vean afectadas por los requerimientos y exigencias de una ciudad moderna en pleno crecimiento. Es así que las bebidas calientes en el desayuno, la preparación de sopa y segundo para el almuerzo en la totalidad de los hogares, el consumo mayoritario de sopa a la hora de la cena y un vaso de agua antes de dormir, contrastan con la disminuida participación en la "hora del té".

El recuento de eventos de comida y porciones consumidas para cada día de la semana por cada habitante del hogar muestra que: 

-       Ninguna de las meriendas es consumida por la totalidad de miembros de la familia. Las más preferidas son el té/café en el desayuno y el segundo plato a la hora del almuerzo. 
-       Las formas tradicionales de consumo han ido cambiando por las exigencias de una ciudad moderna y en crecimiento. Este cambio se puede apreciar, por ejemplo, en que no todos los habitantes del hogar participan en todas las meriendas (de ahí que los indicadores son menores a la unidad), la merienda vespertina apenas llega apenas a 0.12 taza/hab-día, cifra que muestra que la mayor parte del hogar o ya no participa en ella o, simplemente, lo hace fuera del hogar.
-       Es interesante observar que algunas manifestaciones tradicionales sí pueden observarse en las familias que no cuentan con un medidor de agua, y se diferencian de los usuarios que sí lo tienen: la preparación de refresco en casa y la ingesta de sopa son más frecuentes.
-       Esta observación está asociada a otro hallazgo: las familias que no poseen un medidor parecieran tener un patrón de consumo más modesto. 

Cuadro 23 Recuento de porciones consumidas/preparadas por tipo de merienda.
Evento
Te/café (Taza/hab-día)
Refresco (Vaso/hab-día)
Agua  (Vaso/hab-día)
Ensalada (Porción/hab-día)
Sopa  (Porción/hab-día)
Segundo  (Porción/hab-día)
Postre  (Porción/hab-día)
Muestra total







Desayuno
 0.95 
 0.05 
 0.51 




Almuerzo
 0.02 
 0.75 
 0.32 
 0.01 
 0.92 
 0.95 
 0.23 
(Merienda vespertina)Té
 0.12 






Cena
 0.51 
 0.09 
 0.28 

 0.39 
 0.33 
 0.03 
Otros
 0.02 
 0.01 
 0.46 




Total
 1.61 
 0.90 
 1.57 
 0.01 
 1.31 
 1.27 
 0.26 
Usuarios con medidor







Desayuno
 0.95 
 -   
 0.57 




Almuerzo
 0.03 
 0.70 
 0.27 
 -   
 0.92 
 0.97 
 0.32 
 0.13 






Cena
 0.58 
 0.07 
 0.35 

 0.37 
 0.34 
 0.02 
Otros
 0.04 
 -   
 0.50 




Total
 1.72 
 0.76 
 1.68 
 -   
 1.29 
 1.31 
 0.34 
Usuarios sin medidor







Desayuno
 0.96 
 0.10 
 0.46 




Almuerzo
 0.01 
 0.81 
 0.37 
 0.02 
 0.92 
 0.93 
 0.14 
 0.10 






Cena
 0.44 
 0.11 
 0.22 
 -   
 0.41 
 0.31 
 0.03 
Otros
 -   
 0.02 
 0.42 




Total
 1.52 
 1.03 
 1.48 
 0.02 
 1.33 
 1.24 
 0.18 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

En la estimación de los consumos específicos de agua para preparación y consumo de alimentos se toma en cuenta el volumen útil de los alimentos preparados, la cantidad de agua perdida por evaporación[4] en el caso de bebidas calientes y los volúmenes para lavar los alimentos como verduras, hortalizas y otros. 

El resultado del cálculo de los consumos de agua para la preparación y consumo de alimentos nos muestra que el consumo de agua, asociado al derecho de acceso a las necesidades básicas, no alcanza a 2.5 L/hab-día, es decir, menos de 0.5 m3/mes para una familia media de seis miembros. Esta medición es importante para diferenciar, en su momento, la necesidad básica de otros tipos de uso. En general, se ha encontrado que los usuarios que no poseen un medidor tienen un menor consumo de agua en la preparación y consumo de alimentos. Este hallazgo podría interpretarse como que la tenencia de un medidor de consumo de agua está asociada a la condición socioeconómica del hogar en cuestión.  

Por último, se ha encontrado que la mayor demanda para consumo de agua proviene de la ingesta de bebidas líquidas como té, café, refresco preparado en casa o agua. Ésta supera a 1 L/hab-día y es mayor en los usuarios que poseen un medidor. Le sigue en orden de importancia el agua demandada para el consumo de sopa. 

Cuadro 24 Consumo de agua en la preparación/consumo de alimentos, por tipo de merienda.
Evento
Te/café (L/hab-día)
Refresco (L/hab-día)
Agua  (L/hab-día)
Ensalada (L/hab-día)
Sopa  (L/hab-día)
Segundo  (L/hab-día)
Postre  (L/hab-día)
Muestra total







Consumo específico
 0.31 
 0.21 
 0.21 
 0.35 
 0.74 
 0.28 
 0.16 
Consumo
 0.50 
 0.19 
 0.33 
 0.00 
 0.97 
 0.35 
 0.04 
Consumo total
 2.39 
Usuarios con medidor







Consumo específico
 0.31 
 0.21 
 0.21 
 0.35 
 0.74 
 0.28 
 0.16 
Consumo
 0.54 
 0.16 
 0.36 
 -   
 0.95 
 0.36 
 0.05 
Consumo total
 2.42 
Usuarios sin medidor







Consumo específico
 0.31 
 0.21 
 0.21 
 0.35 
 0.74 
 0.28 
 0.16 
Consumo
 0.47 
 0.22 
 0.31 
 0.01 
 0.98 
 0.34 
 0.03 
Consumo total
 2.37 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

2.6.    Lavado de vajilla


Otro estudio abordado con mucho detalle ha sido el empleo de agua para el lavado de la vajilla en la que se preparan y consumen alimentos. No ha sido posible establecer un patrón en el método de lavado de la vajilla. Éste se realiza muchas veces en un lavador de plástico, otras en los recipientes de lavaplatos por baches de lavado y, otras, utilizando el agua corriente del equipo. El cuadro 27 a continuación muestra el resultado del estudio en este tópico.

Cuadro 25 Consumo de agua en tareas de lavado, por sistema
Implemento
Consumo específico
Consumo Universo
Usuarios con medidor
Usuarios sin medidor
L/pza
L/hab-día
L/hab-día
L/hab-día
Platos planos
 0.97 
 1.33 
 1.39 
 1.26 
Platos hondos
 0.97 
 1.31 
 1.22 
 1.41 
Platillos
 0.97 
 1.25 
 1.20 
 1.31 
Vasos
 1.01 
 2.48 
 2.50 
 2.46 
Tazas
 1.01 
 1.67 
 1.72 
 1.61 
Ollas
 1.81 
 1.44 
 1.42 
 1.45 
Sartenes
 1.81 
 0.51 
 0.52 
 0.50 
Cubiertos
 0.42 
 1.11 
 1.20 
 1.01 
 CONSUMO TOTAL 

 11.09 
 11.17 
 11.01 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS


2.7.    Lavado de pisos, aceras y vehículos


El estudio ha abordado el consumo de agua para actividades de lavado de pisos, aceras y vehículos, no solamente por sus implicaciones ambientales sino porque acaba siendo uno de los más importantes consumos de agua de los hogares en el barrio La Catedral. En el caso de pisos, absolutamente todos los entrevistados han manifestado consumir agua con este fin, y ninguno ha dado cuenta de la utilización de algún equipamiento que permita disminuir el consumo.

Dado que no ha sido posible medir la superficie lavada por cada entrevistado, se ha recurrido a un recuento del tiempo que cada familia emplea para la operación. En forma separada se han realizado pruebas de consumo para establecer el caudal medio de lavado.

Cuadro 26 Consumo de agua en tareas de lavado.
Muestra total
No de Usuarios
Tiempo
Caudal
Consumo
min/hab-día
L/min
L/hab-día
Uso de agua para lavado de casa
63
 3.4 
 7.1 
 24.3 
Uso de agua para lavado de autos
20
 1.9 
 6.1 
 11.9 
Usuarios con medidor
No de Usuarios
Tiempo
Caudal
Consumo
min/hab-día
L/min
L/hab-día
Uso de agua para lavado de casa
33
 3.7 
 7.1 
 26.5 
Uso de agua para lavado de autos
13
 2.0 
 6.1 
 12.4 
Usuarios sin medidor
No de Usuarios
Tiempo
Caudal
Consumo
min/hab-día
L/min
L/hab-día
Uso de agua para lavado de casa
30
 3.1 
 7.1 
 21.8 
Uso de agua para lavado de autos
7
 1.8 
 6.1 
 11.1 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Los consumos encontrados, por encima de 20 L/hab-día resultan estar entre los más importantes consumos de agua de los hogares. En orden a establecer prioridades sobre la eficiencia en el consumo y políticas de uso racional de agua, será necesario incorporar este tipo de consumos en el debate sobre el alcance de los derechos de acceso y los consumos suntuarios o ambientalmente prohibitivos.

Cuadro 27 Consumo de agua en tareas de lavado, por sistema
Muestra total
Universo
Medidos
No medidos
L/hab-día
L/hab-día
L/hab-día
Uso de agua para lavado de casa
 24.3 
 26.5 
 21.8 
Uso de agua para lavado de autos
 11.9 
 12.4 
 11.1 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

2.8.    Riego de jardines


Por último, el estudio ha abordado el consumo de agua para el riego de jardines, macetas y otros. Se ha encontrado que la mayoría de las viviendas posee un jardín, una cantidad de plantas ornamentales en macetas, o ambas cosas. Las circunstancias en las que se realizó la entrevista no han permitido el recuento de macetas y/o la medición de las superficies de jardín a ser regadas, por tanto, se ha buscado establecer el tiempo que una familia emplea semanalmente para esta actividad. 

La población utiliza, en forma combinada, tres métodos de riego: utiliza una manguera para regar directamente con el caudal de un grifo, utiliza una regadera manual que debe ser recargada, en muchos casos re-usa el agua de lavado de la ropa. 

En el caso de riego de jardines sí se ha encontrado que los usuarios que no tienen un medidor  utilizan una mayor cantidad de agua. Este consumo, que pareciera no estar asociado a la capacidad de inversión de la familia, difiere de otros usos en los que la presencia del medidor está asociada más bien a un mayor consumo de agua (ver cuadro 28)

Cuadro 28 Consumo de agua en riego de jardines, por sistema
Tipo de jardín. Universo
No. de usuarios
Tiempo
Frecuencia
Demanda
Caudal
Consumo
Min/día
vez/semana
min/hab-día
L/min
L/hab-día
Menos de 30 macetas
34
 12.8 
 2.2 
 1.1 
 11.1 
12.3
> 30 macetas
2
 30.0 
 1.0 
 1.8 
 11.7 
20.9
< 30 mde jardín
41
 14.2 
 2.1 
 1.2 
 11.7 
13.8
Tipo de jardín. Usuarios con medidor
No. de usuarios
Tiempo
Frecuencia
Demanda
Caudal
Consumo
Min/día
vez/semana
min/hab-día
L/min
L/hab-día
Menos de 30 macetas
14
 11.8 
 2.2 
 0.9 
 11.1 
10.6
> 30 macetas
2
 30.0 
 1.0 
 1.8 
 11.7 
20.9
< 30 mde jardín
22
 16.4 
 2.2 
 1.4 
 11.7 
16.7
Tipo de jardín. Usuarios sin medidor
No. de usuarios
Tiempo
Frecuencia
Demanda
Caudal
Consumo
Min/día
vez/semana
min/hab-día
L/min
L/hab-día
Menos de 30 macetas
14
 11.8 
 2.2 
 1.2 
 11.1 
13.6
> 30 macetas
2
 30.0 
 1.0 
 -   
 11.7 
0.0
< 30 mde jardín
22
 16.4 
 2.2 
 0.9 
 11.7 
10.4
Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

El resultado del estudio establece un consumo promedio de 16.3 L/hab-día, de los cuales una mayor parte se destina a los jardines a nivel de terreno y el resto al riego de plantas en macetas. El cuadro 29 a continuación contiene los principales resultados del estudio.

Cuadro 29 Consumo de agua en riego de jardines, por sistema
Riego de jardines
Universo
Medidos
No Medidos
L/hab-día
L/hab-día
L/hab-día
Consumo de agua por sistema
 16.3 
 16.9 
 14.0 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

2.9.    Síntesis


Los resultados iniciales nos han mostrado que el segmento de usuarios residenciales, que tuvo el mayor crecimiento en los últimos años, ha adoptado patrones de consumo que la población y autoridades tarijeñas deben tomar en consideración a la hora de la planificación y gestión del suministro de agua. Se ha encontrado, por ejemplo, que en un hogar de mediano a bajo consumo el principal destino del agua es el aseo personal de sus habitantes, seguido de las tareas de aseo del hogar, descargas de inodoros, riego de jardines y, cabe advertirlo, la preparación y el consumo de alimentos representa apenas el 2% del consumo mensual. (Ver gráfico 7)




Gráfico 7 Distribución del consumo de agua en un hogar de consumo medio - bajo
Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

En el caso de los hogares de consumo medio - alto, es notable que el principal consumo de agua es la limpieza y aseo del hogar que, en este caso, se ve incrementado por el lavado de vehículos. Otro resultado significativo es que, en promedio, los usuarios que no poseen un medidor tienen un consumo entre 6% y 8% superior a aquellos usuarios que sí lo tienen. Contrario a las presunciones, este resultado nos dice que los consumos excesivos en el sistema, a los que nos referimos en párrafos anteriores, se deberían al consumo en otras categorías. 

El cuadro 30 a continuación sintetiza el consumo de agua para un hogar de consumo medio – bajo promedio en barrio La Catedral.

Cuadro 30 Consumo de agua mensual de un hogar de consumo medio - bajo
Uso de agua para:
Universo
Medidos
No medidos
m3/mes
m3/mes
m3/mes
Aseo personal
 6.07 
 5.34 
 6.43 
Lavado de pisos y aceras
 3.22 
 3.18 
 3.21 
Descargas de inodoros
 2.89 
 2.70 
 3.03 
Riego de jardines
 2.17 
 2.03 
 2.06 
Lavado de vajilla
 1.47 
 1.34 
 1.62 
Lavado de ropa
 0.61 
 0.82 
 0.37 
Preparación y consumo de alimentos
 0.32 
 0.29 
 0.35 
Consumo mensual (m3/hog-mes)
 16.74 
 15.70 
 17.06 

Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Es obligación de las autoridades, también, prestar atención al mercado de artefactos de uso final de agua. El estudio en barrio Catedral no ha logrado identificar el uso de equipos eficientes, particularmente en regaderas, duchas e inodoros y recordemos que el aseo personal y descargas de inodoros representan más de la mitad de todo el consumo de los hogares.

2.10. Consumo por segmentos


El estudio realizado en el barrio La Catedral otorga la posibilidad de agrupar a los usuarios en cuatro clases según su consumo mensual. La información del Cuadro 31 muestra que hasta los 30 m3/mes el consumo mensual depende tanto del patrón de consumo, expresado por el consumo diario por habitante,  como del número de habitantes por hogar. Sin embargo, en el rango de mayor consumo por hogar  se ha encontrado, en promedio, que el consumo mensual depende en mayor medida del número de habitantes por hogar. Se puede observar también que los usuarios que consumen hasta 30 m3/mes, demandan hasta 70% más de agua que los usuarios de menor consumo, y que los usuarios de consumo medio, entre 10 y 30 m3/mes, representan el 69% de la demanda.

Cuadro 31 Consumo de agua mensual de un hogar de consumo medio - bajo

Consumo del hogar
Habitantes del hogar
Número de hogares
Consumo total diario
Consumo mensual
Consumo total
Hab/hog

 (L/hab-día)
(m3/mes)
(m3/mes)
0 - 10      m3/mes
 3.3
 13
103.8
7.9
102.9
10.1 - 20  m3/mes
 4.0
 37
134.1
14.8
549.0
20.1 - 30   m3/mes
 5.4
 8
177.9
26.0
207.9
30.1 - 40   m3/mes
 8.6
 7
137.5
33.7
235.7
Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Los gráficos a continuación representan el patrón de consumo de agua de los hogares del barrio La Catedral, por rangos de consumo.  Se podrán observar en ellos que, en el mejor de los casos, la preparación y consumo de alimentos representa el 2.4%, corresponde a los usuarios de menor consumo mensual y su importancia disminuye según aumenta el consumo mensual de los hogares.




Gráfico 8 Distribución del consumo de agua por segmentos de consumo
Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS




Gráfico 9 Distribución del consumo de agua por segmentos de consumo
Fuente: Encuesta de hogares en barrio La Catedral. 2013
Elaboración: CPTS

Si aceptamos que la preparación de alimentos, el lavado de vajilla y ropa, la descarga de inodoros y el aseo personal como usos de agua correspondientes al ámbito de las necesidades básicas, éstos tienen una participación máxima de 66%.  Se podría afirmar que bajo las condiciones de eficiencia actuales las necesidades básicas no son menores a 58% del consumo total y van desde 5 m3/mes, en el caso de los hogares de menor consumo hasta 15 m3/mes en los hogares de más alto consumo mensual. 

Bajo estas consideraciones se podría asumir al lavado de pisos, aceras, vehículos y riego de jardines como usos que no debieran ingresar en el ámbito de las necesidades básicas. Bajo las actuales condiciones de eficiencia, estos consumos llegan a superar el 40% de la demanda en el caso de los usuarios de mayor consumo mensual. 

En el ámbito de las necesidades básicas, el estudio muestra que el aseo personal constituye la principal demanda de agua, seguido de la descarga de inodoros.   Ambos usos, en promedio, representan el 50% de todo el consumo.

A continuación se invita a la lectura (en este mismo blog) de la 4ta parte de este Estudio de “caracterización del consumo final de agua en Tarija”sobre las descargas de aguas servidas al sistema de alcantarillado de la ciudad y sus proyecciones de crecimiento en los próximos años.



[1]     Estos apuntes historiográficos tienen como fuente dos autores: Susan Strasser, “Never Done. History of American Housework” (New York: Pantheon, 1982), capítulo IV “Coger un cubo de agua” y Jean Robert, “Water is a commons” (México D. F.: Habitat International Coalition, 1994). Los fragmentos de texto reproducidos, a menudo textualmente, fueron traducidos del inglés por Hernando Calla y ajustados específicamente para esta edición en cuatro partes del Estudio sobre caracterización del consumo final de agua potable en la ciudad de Tarija (2009 - 2013). 
[2] En la categoría Pila Pública se encuentran registrados 12 usuarios.
[3] Catastro de consumidores de COSSAALT. Gerencia Comercial. 2013.
[4] Estudios de rendimiento energético en cocinas a leña y gas. Proleña/Bolivia. 2003 – 2007.